Cuando nos pusieron pausa
Actualizado: 21 sept 2021
Por Mariano Villarello @marianovillarello

Si hace simplemente dos meses me preguntabas si conocía Zoom, no tenía la menor idea y hoy no solo lo conozco, si no es la forma que nos está manteniendo unidos.
Hoy no encuentro las palabras para describir la forma en que la comunidad dancística a nivel mundial nos hemos unido.
Efectivamente el futuro nos alcanzó. Lo que alguna vez creímos lejano hoy es una realidad, hoy bailamos a larga distancia, hoy tenemos la oportunidad de tomar clases con los maestros y bailarines que tal vez solo seguíamos y admirábamos por medio de las redes sociales, y hoy estamos dentro de ese salón imaginario en algún lugar de nuestra casa.
Siempre he estado convencido de que la danza es un arte extraordinario, es una forma incomparable de expresarnos, es una disciplina interminable y es uno de los regalos más grandes que te da la vida.
Hoy confirmo lo que constantemente digo a mis alumnos... "Qué afortunados somos de poder bailar y poder tomar clases. De poder subirnos a un escenario y de hacer lo que más amamos".
Hoy las cosas han cambiado, hoy nos pusieron en pausa. ¿Por cuánto tiempo?, eso no lo sé. Pero lo que sí sé, es que en un tiempo nos vamos a volver a encontrar en un salón de danza y nada deseo más qué el que volvamos a reconsiderar la fortuna que tenemos al bailar. ¡Qué paradoja! La tecnología a veces nos aleja y hoy, nos permite bailar juntos. Lo que hace años nunca me hubiera imaginado, lo que hace unos años solo me hacía pensar... ¿Danza en un teléfono?... ¿Cómo?.
Me parece increíble el compromiso que los bailarines en todo el mundo tenemos con nuestra danza. Hoy más que nunca veo las ganas de entrenar, de tomar clase, de sentirnos vivos y de hacer notar que estamos ahí, entrenando fuerte, con entrega, con ganas, con el alma.
El proceso en lo personal, ha sido un poco difícil, sin embargo no podemos luchar contra lo que no podemos controlar.
Hoy confirmo también que la danza es multisensorial y mágica cuando la vivimos en persona. Que esta es una oportunidad invaluable para reconocer que estar rodeados de otros bailarines, de maestros y de público no se compara con absolutamente nada. No hay tecnología aún que nos dé esa satisfacción y esa sensación de sentirnos vivos.
Nada deseo más, que a partir de ahora, ya sea por medio de la tecnología o una clase presencial, le demos una nueva intención y mucho más fuerte aún, a nuestro entrenamiento y a nuestra danza. En ese momento se va a hacer una diferencia contundente entre un ANTES y un DESPUÉS.
Hoy las fuentes de aprendizaje van a ser incontables e infinitas, pero va a depender de nosotros.
Hoy vamos a poder bailar en cualquier parte del Mundo por medio de la maravillosa tecnología, sin embargo eso nunca se va a comparar a bailar en un salón o arriba de un escenario con un público frente a nosotros. Recibiendo un aplauso y absorbiendo la energía que solo eso te lo regala.
Nunca vamos a poder comparar lo que significa estar en un salón de danza con un maestro dándonos clase, aprendiendo en persona, aplicando las correcciones y bailando alrededor de toda la gente y amigos que queremos.
Todo esto que nos ha venido a revolucionar no es más que una confirmación del amor tan grande que existe en la comunidad dancística, de pasión y de entrega. Y que definitivamente esto se va a quedar con nosotros para toda la vida, y tenemos que engrandecer esa pasión el día que regresemos a un salón a celebrar la danza!.
Hoy es un buen momento también para hacer una pausa y valorar el trabajo de nuestros maestros y de todo lo que hemos aprendido a lo largo del tiempo sudando adentro de un salón.
Yo le doy un aplauso a todos las personas que nos hemos subido a este barco y a todos los bailarines del mundo por subirnos juntos.
Es definitivamente el principio de una nueva era y también el principio de concientizar nuestra danza, nuestro cuerpo. Romper los límites y darnos cuenta de que nada es más fuerte que nuestras ganas de expresarnos por medio del movimiento del cuerpo.
Hoy es el momento de cuidar más que nunca nuestro cuerpo, de mantenerlo fuerte y funcionando a la perfección para que cuando sea el momento de regresar, lleguemos más lejos de lo que nunca imaginamos.
Es un momento contundente de agradecimiento y de la fortuna qué significa decir "¡Hoy voy a tomar clase!"
Hoy nos damos cuenta de que nunca sabremos cuándo nos van a poner pausa de nuevo para estar ah en persona con nuestra mejor amiga, la danza.
Si hace un mes me lo hubieran dicho, muy probablemente no lo hubiera creído y sin embargo el momento llegó.
Pero llegó para hacernos más fuertes y para amar a la danza más que nunca.
El momento en el que nos volveremos a encontrar en persona llegará y nada me va a quitar la sonrisa que eso va a dejar en mí y en mi alma, y espero que a ustedes tampoco nada ni nadie se las quite.
